¿Preparados para viajar al maravilloso mundo de los sueños? Solo tienes que despojarte de tus miedos y tres, dos, uno… ¡Duerme! Tranquilo, que ni yo soy mentalista ni por leer esto te voy a hipnotizar. De hecho, este no es un artículo abstracto sobre la hipnosis, es más, se basa en una experiencia muy concreta: cómo viví el espectáculo de Jorge Astyaro titulado Los hipnonautas, en el Teatro Lara. Cuando llegamos al teatro nos hicieron rellenar una hoja en la que debíamos elegir uno de estos cuatro “destinos”: viajar al espacio, volver a la infancia, vivir una aventura de película o ser famoso. Yo no podía elegir otro que no fuera vivir una aventura de película, lo encontraba apasionante. Lo cierto es que tanto mi madre como yo íbamos con un poco de miedo, ella no quería que la sacaran al escenario. Aunque a mí la hipnosis me producía respeto, siempre he sentido atracción por lo desconocido, así que en el fondo deseaba vivir esa experiencia… ¡Y vaya si la viví!

¿Vosotros qué entendéis por hipnosis? Según el DRAE, es el estado producido por el hipnotismo, que a su vez es un método para producir sueño artificial mediante influjo personal o aparatos adecuados. Por otra parte, el director de cine Pablo Berger sostiene que la hipnosis de Jorge Astyaro, como el cine, te permite soñar despierto, y no puedo estar más de acuerdo. Los hipnonautas es un espectáculo de hipnosis a la carta en el que tú eliges tu propia aventura, eso sí, debes estar receptivo y tener los cinco sentidos alerta. Si no crees en la hipnosis es absurdo que vayas a verlo al Teatro Lara, hay que tener fe. Fe en que los sueños se pueden cumplir y en que todo es posible. Si tienes esta filosofía de vida, entonces Los hipnonautas será para ti una exhibición inolvidable. Lo que más me gustó de Jorge Astyaro es que ejerce la hipnosis de una manera bella, es decir, para él es el salvoconducto que nos lleva a jugar con la imaginación y en ningún caso nos colocó en situaciones incómodas ni nos hizo revelar secretos inconfesables. Lo vuelvo a repetir: soñar, se trata de soñar despiertos. Antes de experimentar la hipnosis, yo pensaba que era un estado de inconsciencia en el que eras un muñeco de trapo. Cuánto me equivocaba. Yo en ningún momento estuve inconsciente, pero sí estuve relajada. No sé si estoy confundida o no, pero definiría la hipnosis como un estado de relajación absoluta en el que estás especialmente receptiva y en el que tu imaginación está muy acentuada. Con este artículo no me gustaría hacer un spoiler de Los hipnonautas, pero sí quiero contar dos cosas: volé a la Fontana di Trevi y al verla me emocioné, y Astyaro me preguntó cómo me llamaba y no me salían las palabras (previa orden suya de que no sabría decir mi nombre). Cuando nos ordenó que saliéramos volando del teatro y fuéramos a otro lugar no cabía duda de que yo volaría a Roma, pero lo curioso es que la Fontana no es ni mucho menos mi lugar favorito de esta ciudad… ¡Qué curioso es el subconsciente!

Evidentemente, de entre todo lo que nos narraba Jorge que nos fuéramos imaginando hubo sensaciones que las sentí con más nitidez que otras, supongo que es normal. Desde La Línea de Fuego quiero agradecer a Jorge Astyaro que me hiciera volar a Roma, la ciudad de mis sueños, sin salir de Madrid, y que me hiciera creer que todo es posible, solo hace falta soñarlo y desearlo.