Joven no emancipada, con trabajo y, por tanto, con nómina a final de mes, se pregunta: ¿Existe algo mejor en lo que gastar el sueldo que en recorrer el mundo? Error, jamás debería haber empleado el verbo gastar sino invertir. Sí, señores, porque viajar es una inversión en cultura, en abrir la mente hasta límites insospechados y, sobre todo, es una inversión en disfrutar de la vida. Si te sientes identificado/a con estas ideas y gastas o gastarías tu sueldo en viajar, entonces sí: eres un viajero empedernido y, por tanto, puedes continuar leyendo.

Tú, viajero/a: estos son tus 10 mandamientos

  1. Amarás viajar sobre todas las cosas. Así es, amigo: eres un viajero vocacional si una de las cosas que más amas en la vida es viajar. Viajar aporta una mirada distinta y enriquecida sobre la vida, te enseña a valorar el país en el que vives o a percatarte de sus carencias. Habrá viajeros que amen cada vez más su país después de cada viaje, y otros en cambio soñarán con vivir en otros destinos. ¿Qué tipo de viajero eres tú?
  2. No viajarás en vano. Por favor, viajero, no viajes en vano: aprende algo de cada ciudad y de cada pueblo, no vuelvas sin saber algo nuevo del lugar que has visitado. Pasea por las calles con los ojos bien abiertos y fíjate en todo: en las casas, en las iglesias, en las cartas de los restaurantes, en cómo va vestida la gente. No te dejes nada sin mirar.
  3. Cada viaje será especial. Haz que cada viaje sea único e irrepetible. La vida cambia de un día para otro y sí, viajero, quizá llegue el día en que no puedas viajar tan a menudo. Siéntete afortunado y trata de que cada viaje sea diferente.
  4. Respetarás la cultura del lugar al que vayas. Si hay algo que aprendes viajando es que cada país e incluso cada ciudad son un mundo en sí mismo. No se come igual en dos ciudades, ni muchas veces se habla el mismo idioma ni se practica la misma religión. Que seamos diferentes hace que el planeta sea más bello así que, viajero, nunca mires por encima del hombro ni te creas superior a otras culturas.
  5. No viajarás sin saber dónde vas. Dicen que dejarse llevar suena demasiado bien, ¿no? Pero un viajero profesional nunca viaja sin saber dónde va. Y este mandamiento requiere una verdadera investigación: monumentos importantes, museos imprescindibles, parajes poco conocidos y restaurantes de parada obligatoria. Si, además, lo anotas todo en una libreta solo puedo decirte una cosa: bienvenido a mi equipo.
  6. Encontrarás el mejor precio. Si viajas prácticamente todos los meses, encontrar el mejor precio se convierte en un requisito básico. Los comparadores de hoteles y buscadores de vuelos no tienen secretos para ti. Por supuesto, tienes tu propio usuario en la web de Ryanair y Booking te ha concedido la calificación de viajero frecuente.
  7. No reservarás un hotel sin mirar los comentarios. Como sabrás por experiencia propia, viajero querido, las opiniones de otras personas sobre los hoteles son la clave para saber si vale la pena o no reservar. Limpieza, ubicación y si está rico el desayuno son datos que hay que descubrir antes de decidirse por un hotel.
  8. Llevarás, al menos, un par de zapatos cómodos. Un viajero sin trampa ni cartón patea las calles desde el amanecer hasta que se hace de noche. Yo debo admitir que soy una viajera presumida, pero recorrer una ciudad que no conoces con tacones de aguja no es una idea muy inteligente. Eso sí, puedes hacer como yo: llevarlos en la maleta y ponértelos para ir a cenar.
  9. Madrugarás aunque te mueras de sueño. Un verdadero viajero madruga aunque esté cansado de toda la semana porque ya habrá tiempo de dormir al volver a casa. Dormir en un viaje es sinónimo de dejarse rincones por descubrir, y no queremos eso, ¿verdad?
  10. Donde fueres, haz lo que vieres. Un viajero auténtico lleva este mandamiento a rajatabla. Aprovecha cada viaje para empaparte de la cultura: come los platos típicos, chapurrea su idioma y respeta sus costumbres.

Y tú, ¿cumples estos mandamientos?