Un gastrónomo empedernido no es tal si no ha ido o al menos no ha oído hablar de Fortuny. Yo llevaba bastante tiempo queriendo ir, y ahora puedo decir sin exagerar que Fortuny ha superado con creces mis expectativas. Desde que atraviesas su terraza llena de luces y árboles hasta que llegas a la zona del restaurante, en la planta de arriba, parece que te hubieras teletransportado a un escenario digno de un cuento de hadas. Sus platos te dejarán sorprendido, nada está dejado a la improvisación. Tan importante son los contrastes entre sus ingredientes como la presentación de los mismos, algo que marca sin duda la calidad de un restaurante. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!

La carta

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La presentación de los platos es magnífica. Foto: Fortuny

Como cabría esperar, uno de los parámetros que había estudiado antes de ir a Fortuny había sido la carta. Es tan extensa y cuenta con tantas recetas originales que elegir qué pedir se convierte en una decisión realmente difícil. Fortuny ha apostado por guiños a la cocina italiana y japonesa, siempre revestidos por una fuerte influencia mediterránea. Nosotras degustamos los bocados de vieira trufada con chalota caramelizada al martini, los raviolis rellenos de morcilla con mayonesa de manzana y el tartar especial de la casa, elaborado a base de algas wakame, salmón y pulpo. Para terminar, nos decidimos por algo fresquito y digestivo: helado de frambuesa. El veredicto que le damos desde La Línea de Fuego es un 10, estaba todo espectacular. Me quedé con ganas de probar la lasaña de rabo de ternera con calabaza y bechamel de cacao a la naranja,  las miniempanadillas asiáticas de pollo y verduras con salsa deluxe al sésamo y su surtido de quesos… ¡Lo apunto para la próxima!

La decoración

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La luz del restaurante es tenue. Foto: Fortuny

En Fortuny todo es tan bonito que no parece real, aunque si tenemos en cuenta que el local está ubicado en un palacio del siglo XIX todo comienza a cuadrar. De Fortuny es imprescindible destacar que se trata de un espacio multifuncional con varios ambientes claramente diferenciados. La terraza te dejará sin palabras con sus numerosas cortinas de luces, árboles e incluso sus fuentes. En invierno tiene un sistema de calefacción, por lo que podrás disfrutar de ella los 365 días del año. En la planta baja tienen lo que ellos han bautizado como «club», un amplio espacio con una gran barra central donde tendrás la oportunidad de bailar (si te apetece) mientras te tomas un gin tonic o algún cóctel exótico. Si subes las escaleras desembocarás en la zona del restaurante, con una decoración en la que triunfan los tonos pasteles y en la que los rosas ponen la nota de color. Las columnas de gresite le dan un toque de brillo a esta sala en la que la luz está baja, elección que baña al restaurante de una atmósfera romántica.

El servicio

Educado y atento, exactamente lo que se espera de un restaurante como Fortuny. Algo que me llamó la atención positivamente fue que no trajeran todos los platos de golpe, sino por  uno (si comes poco tal vez puedes pedir que te sirvan varios a la vez para que no te sacies con lo primero). Además, nos cambiaron varias veces el plato y los cubiertos, gesto que resalta la excelencia de Fortuny.

#ParaIrCon

Tal y como he comentado antes Fortuny es un espacio multifuncional, así que la compañía dependerá de lo que vayas a hacer ese día: cenar, tomar una copa tranquilamente o ir a bailar. Es perfecto para una cena romántica a la luz tenue del restaurante.

El precio

Fortuny es uno de esos restaurantes por los que te decantas en una ocasión especial, y qué duda cabe que eso lo hace exclusivo. Calcula, más o menos, unos 30 euros por persona.

Si quieres saber más

Te invitamos a visitar la web de Fortuny, su página de Facebook y su Instagram (de lo más apetecible).

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La carta de Fortuny cuenta con una buena variedad de sushi. Foto: Fortuny
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La próxima vez probaré seguro la lasaña. Foto: Fortuny