Cualquier persona que disfrute comiendo y yéndose de cañas después del trabajo sabe que la zona de Chamberí y Ponzano es una apuesta segura. Pero voy más allá: no conoces Ponzano si no has estado en La Lianta. Y es que desde que me hice adicta al fenómeno #ponzaning La Lianta se convirtió en mi local favorito, por ello cuando me enteré de la apertura de La Charla supe que sería un éxito sin lugar a dudas.
La Charla (calle Santa Engracia, 76) abrió sus puertas en octubre de 2016, con ese concepto tan de moda que pretende aunar la cena o picoteo con las copas de después. Este binomio restaurante-bar se encuadra dentro del Grupo Lalala, compuesto por un equipo de amigos en el que cada uno aporta la experiencia que le proporciona el sector al que se dedica. Desde diciembre de 2015 han inaugurado, además de La Charla, locales como La Malcriada y La Lianta, y en los próximos meses verán la luz otros más en Huertas, Aravaca y Doctor Castelo. Sigue leyendo porque te desvelamos (casi) todos los secretos de La Charla.
La carta
Bravas japo. Foto: Adriana Benito. Instagram (@adriactriz11)
Mientras que La Lianta está concebida como un gastrobar con platos en frío principalmente, La Charla sí trabaja el concepto de restaurante pero sin perder el espíritu del copeo, por supuesto. La carta del salón y la terraza son bastante parecidas, aunque la de terraza incluye un apartado de picoteo que se agradece mucho cuando la idea que tienes es de cervecita y algo para acompañar.
La cocina que propone La Charla combina recetas mediterráneas con algunos guiños internacionales. En La Línea de Fuego nos encantan los restaurantes que, como La Charla, mantienen platos de toda la vida y les incorporan un toque de personalidad. En cuanto a entrantes, nosotras nos atrevimos con las patatas bravas japo con salsa kimuchi (uno de los platos estrella, no te las puedes perder porque estas bravas reversionadas te dejarán sin palabras), con las milhojas de foie, queso y manzana (otro de los imprescindibles, el foie está suave y el queso le añade carácter) y con las croquetas de jamón ibérico (se deshacen en la boca, si eres croquetero/a te volverán loco).
Como platos principales nos decidimos por el steak tartar (dile al camarero cuánto quieres que pique) y por el costillar de ternera asada a baja temperatura con cous-cous (muy abundante y la carne estaba tiernísima). Para finalizar, nos dejamos aconsejar y atacamos la cookie con helado artesano de vainilla (espectacular, pero compartidla porque no es pequeña precisamente). Además de los platos que nosotras probamos, en La Charla encontrarás crujiente de pollo thai acompañado de salsa agridulce; ensalada de burrata, quinoa y pesto; papillot de merluza de pintxo con sus verduritas; potito de tres chocolates, y muchas cosas más. Por último, no me gustaría cerrar este apartado sin remarcar uno de esos pequeños detalles que marcan la diferencia, y es que el pan lo presentan metido en bolsas de papel. Sé que no es un dato demasiado importante, pero a mí estas monadas me fascinan.
La decoración
La decoración de La Charla se caracteriza por la calidez. Foto: Adriana Benito. Instagram (@adriactriz11)
La decoración me sedujo desde el minuto cero, y es que cada rinconcito está cuidado al máximo. Cabe destacar que el local se divide en tres espacios bien diferenciados: la barra, para las cerves y las primeras copas de la noche; el salón de la planta superior, para las comidas y cenas; y la zona de la terraza.
El interiorismo se caracteriza por la calidez, lograda gracias a la madera, a las plantas, a las piezas de mimbre situadas en el techo y a las jarritas de loza que penden de las paredes. El punto industrial y más canalla viene de la mano de los tubos metálicos al descubierto y de las bombillas colgantes. Tampoco podemos olvidar mencionar la presencia de los espejos, estanterías y sillas con remates de colores que convierten a La Charla en un lugar mágico.
El servicio
Desde luego, no pudimos recibir una atención mejor que la de Macario (nos han chivado, además, que es uno de los tesoros de La Charla y no nos extraña nada). Nos asesoró genial sobre cuántos platos pedir y cuáles eran las especialidades de la casa, y eso sin contar con todas las facilidades que me proporcionó para hacer las fotos que necesitaba. Sin lugar a dudas, un servicio muy top.
#ParaIrCon
La Charla es apta para cualquier plan, pero yo te propongo que vayas a cenar con ese chico o chica que estás conociendo pero te da miedo agobiar (aquí eso no sucederá) o con tus amigas a tomarte los primeros vinitos y copas de la noche.
El precio
Más o menos, el precio rondará los 25 euros por comensal.
Si quieres saber más
Si quieres saber más, te invito a visitar la página web de La Charla, su fan page y su Instagram.
Así son las croquetas de jamón. Foto: Adriana Benito. Instagram (@adriactriz11)
Milhojas de foie, queso y manzana. Foto: Adriana Benito. Instagram (@adriactriz11)
Steak tartar. Foto: Adriana Benito. Instagram (@adriactriz11)
¿Quién no pierde la cabeza por esta cookie? Foto: Adriana Benito. Instagram (@adriactriz11)
La terraza de La Charla. Foto: Adriana Benito. Instagram (@adriactriz11)