La gastronomía es un factor imprescindible para descubrir la esencia de un país. El aroma de las cosas es capaz de suscitar infinidad de sensaciones y de despertar recuerdos que creías olvidados, y eso es lo que sucede en Giulietta. Giulietta, el último restaurante italiano que ha abierto el Grupo Le Cocó huele a Italia, a la pasta que de verdad se come en Roma, la ciudad de mi corazón. Hoy os invito a dar un paseo por los sabores del país que me ha hecho soñar con los ojos abiertos. ¿Viajas conmigo?
La carta
Si un restaurante italiano tiene al frente de los fogones a un profesional italiano es garantía de calidad, ¿no es cierto? Riccardo Fiore, Jefe de Cocina de Giulietta, ha ideado una carta tan amplia que decidirse a la hora de pedir no es una tarea fácil. Y lo mejor de todo es que en este restaurante la variedad y la calidad van de la mano. En Giulietta (Plaza de Manuel Rodrigo, 7) encontrarás desde los clásicos antipasti y ensaladas, hasta pasta en todas sus modalidades, pizzas, carnes y pescados. En otras palabras: hasta los paladares más exigentes se quedarán sorprendidos con la cantidad de opciones que tienen para elegir.
Para abrir boca y acompañar las cerves nos trajeron mortadela italiana y queso parmigiano, y claro, como a nosotras no nos gusta nada el queso (guiño, guiño), ya nos tenían ganadas. Decidimos comenzar con unas flores de calabacín en tempura, y la mayonesa de ajo asado y albahaca con la que venían tenía personalidad y le aportaba un toque original al calabacín. Debo admitir que me quedé con ganas de probar algún carpaccio (lo hacen de solomillo y de atún), y los ravioli fritos con mayonesa de castañas, así que tengo la excusa perfecta para volver.
Después seguimos con la pasta, y al final nos decantamos por los spaghetti al tartufo con parmigiano y huevo poché. La elección nos llevó un rato, y es que cuentan con pasta de todos los tipos: pasta corta y gnocchi, pasta lunga como la que probamos, pasta rellena y lasañas y risottos. Cuando nos sirvieron los spaghetti, rallaron en la mesa el queso y la trufa, lo cual añade al restaurante ese punto de show-cooking que tanto nos gusta a los comilones exquisitos. Esta pasta, al dente, creo que es de las mejores que he degustado en Madrid. Por favor, créanme: he vivido en Roma, he comido muy rico en la città eterna, y la pasta de Giulietta me sabe a Roma y a Italia. Además, debo añadir que cocinan pasta para celíacos y vegetarianos, lo cual hace que el restaurante gane más puntos si cabe.
En cuanto a la pizza, nos atrevimos con la pizza bresaola e grana, que lleva bresaola (el típico «jamón» italiano), parmesano, rúcula y zest de limón (tiras de cáscara de limón). Era una pizza diferente, de masa fina y nada pesada que combina genial con un plato de pasta, no cansa ni llena en exceso.
El toque dulce lo pusieron el gelatto de mango (el helado artesanal era obligatorio catarlo, digo yo), y la zeppola crema e ciocolato (solo apta para golosa porque contiene chocolate y crema pastelera).
La decoración
Giulietta, restaurante cuyo nombre hace honor a Giulietta Masina, la mujer del célebre cineasta Federico Fellini, tiene aires de trattoria. La decoración, diseñada por Marta Banús, fusiona la madera y la vegetación con elementos que son casi emblemas italianos (servilletas de cuadros, tarros de pasta y macetas con guindillas). El letrero de neón del restaurante y una Vespa nos introducen en Giulietta, que en la entrada posee un rinconcito muy coqueto con cestos que guardan limas, limones y naranjas; recipientes de sal y pimienta y, en la pared, ajos y guindillas.
Delicados sofás tapizados con rombos conviven con sillas de mimbre, azulejos y paredes con distintos tipos de ladrillos. Giulietta es de esos restaurantes en los que se respira tradición pero al mismo tiempo una modernidad y elegancia acordes con las últimas tendencias. Además posee terraza, otro de los atractivos del local.
El servicio
Da gusto cuando vas a un restaurante y el servicio te recomienda con pasión sus platos favoritos, y eso es lo que experimentamos en Giulietta. A nosotras nos atendió Nataly e insistió en que probáramos los spaghetti al tartufo y la pizza bresaola, dos de las recetas con más éxito de este restaurante dog friendly. Dudábamos entre varios platos y ella no titubeó en revelarnos sus preferidos, un detalle que a mí personalmente me encanta de los camareros. La diplomacia nunca falla, pero si se alía con sinceridad solo me queda dar la enhorabuena.
#ParaIrCon
Para ir con tu grupo de amigas de toda la vida y planear ese viaje a Italia que tenéis pendiente mientras flipáis con la pasta de Giulietta.
El precio
El precio medio oscila entre los 25-30 euros por persona.
Si quieres saber más
Te invito a visitar la web de Giulietta, su Instagram y su página de Facebook.