Sería un sueño hecho realidad quedarse a vivir en las páginas de una novela, regentar una librería propia o incluso publicar un libro. Mientras alguna de esas tres cosas llega, dejo por aquí una pequeña selección de librerías que harán las delicias de todo bibliófilo/a.

Amapolas en Octubre, en Madrid (@amapolaslibreria): Desde que pisé Amapolas, supe que se convertiría en mi librería favorita, y así ha sido. La librería toma su nombre del poema homónimo de mi admirada y comprendida Sylvia Plath. Laura y Lana han construido un universo mágico en el que las charlas literarias y las recomendaciones siempre acertadas se han ganado un hueco en mi corazón. Sin duda, descubrir Amapolas con Alaia ha sido una de las mejores cosas de 2022.

Amapolas en Octubre, en Madrid. Foto: Adriana Benito

Shakespeare and Sons, en Berlín (@shakespeareandsons ): Mi hermana me descubrió esta librería alternativa en la que tan pronto desayunas un bagel como curioseas las últimas novedades editoriales. Me tuvo que sacar a rastras, aunque salí con un ejemplar de Ariel debajo del brazo, eso sí.

Shakespeare and Sons, en Berlín. Foto: María Benito

The Winding Stair, en Dublín (@windingstairbookshop): Una vez más, una recomendación de mi querida amiga @alaiarc, como Amapolas. Dublín es un verdadero paraíso para los amantes de la lectura (es Ciudad de la Literatura por la Unesco) y sus librerías tienen alma, personalidad y, una vez más, magia. Confieso que hice verdaderos esfuerzos para no llevarme media tienda.

The Winding Stair Bookshop, en Dublín. Foto: Adriana Benito

Massolit Books & Café, en Budapest (@massolitbooksbudapest): Amor a primera vista. Es ese tipo de librería en la que podría pasarme una tarde entera con un café y una novela, porque te sientes como en casa. Libros de segunda mano y en inglés, detalle que se valora especialmente en un país donde hay que echar mano de Google Lens para leer absolutamente todo.

Massolit Books & Café, en Budapest. Foto: Adriana Benito

Por supuesto, sobra decir que todo bibliófilo/a tiene que ir al menos una vez en la vida a la Shakespeare and Company, en París. Aunque no es la original, continúa el legado de la librera y editora Sylvia Beach, en cuyo templo literario se daban cita Hemingway, James Joyce y compañía. Me llevó por primera vez mi padre y siempre que voy a París mis pasos se dirigen, inevitablemente, a esa orilla izquierda del Sena.

Por último, y para no olvidar las librerías patrias, recomiendo la Puerta de Tannhäuser (@librerialapuertadetannhauser), en Cáceres, donde no pude resistirme a comprarle a Miguel una versión infantil de Romeo y Julieta. Y tú, ¿cuáles me recomiendas?