«Vamos a brindar para que la muerte se muera», proclama uno de los personajes en el desarrollo de la obra. Creo que ningún espectador tuvo el atrevimiento de no alzar la copa, yo de hecho me apresuré a brindar. Y así, entre brindis y brindis, transcurre El banquete, un montaje teatral en el que compartes mesa con actores de la talla de Lola Baldrich o Gonzalo de Castro. Antes de entrar en la sala, las personas que nos precedían susurraban: ¡Parece el Titanic!». Y, efectivamente, lo parecía. Cuando cruzamos el umbral de la puerta el mismo Gonzalo de Castro nos acomodó en la enorme mesa y nos recomendó que girásemos las sillas «cuando empezaran a pasar cosas». Yo no podía parar de mirar a uno y otro lado, de observar a la gente sirviéndose vino y mosto, a los actores colocando al público.

Y entonces ocurre. Comienza un hermoso viaje a lo largo de la imaginación y también a lo largo de la literatura universal. Lola Baldrich anuncia que es la hora del banquete o simposio del que hablaba Platón en su célebre diálogo. Es, por tanto, la hora de brindar y de conversar acerca de lo divino y de lo humano. Cuando te quieres dar cuenta, de repente estás escuchando recitar en inglés a Jimmy Castro el fragmento más famoso de Hamlet, «to be or not to be». Vino, más vino, y entonces me emociono cuando deciden mezclar textos de Lope de Vega con otros de Lorca, autores que me han marcado y que me llegan al fondo del alma.

«Confiad en mí, cerrad los ojos. Elegid a un personaje de teatro. No, no lo cambiéis. Ese está bien. Ahora pensad en un personaje de una película. Y después en uno de ese cuento que tanto os leían cuando erais pequeños». Como decía al principio, El banquete es un salvoconducto hacia nuestra propia imaginación y hacia el imaginario colectivo, y es en nuestra imaginación donde resuenan estos versos de Lorca:

«¡Ay que sinrazón! No quiero
contigo cama ni cena,
y no hay minuto del día
que estar contigo no quiera,
porque me arrastras y voy,
y me dices que me vuelva
y te sigo por el aire
como una brizna de hierba»

El reparto de El banquete, compuesto por Lola Baldrich, Gonzalo de Castro, Jimmy Castro, Pablo Béjar, Manuela Velasco y Aleix Melé, nos hace reflexionar sobre nuestra vida, en la que cada uno de nosotros representa su propio papel. Romeo y Julieta, don Quijote, la Novia, Segismundo o Finea son algunos de los célebres personajes de la literatura que van apareciendo durante el espectáculo. La ruptura de la cuarta pared, recitar un mismo texto a diferentes volúmenes, dedicar fragmentos a miembros del público o introducir canciones populares son algunos de los recursos que vemos en este montaje. Resulta interesante que algunos personajes aparezcan y desaparezcan gracias a una pieza concreta del vestuario, un vestuario rupturista que combina enaguas y corsés con zapatillas Converse.

Además, es preciso indicar que El banquete es una obra inspirada en La especie fabuladora de Nancy Huston. La Compañía Nacional de Teatro Clásico y el Teatro Nacional de Burdeos en Aquitania reúnen a dos directoras de excepción que han construido una obra inolvidable: Helena Pimenta y Catherine Marnas. Pero, al margen de eso…

«¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son»

 

Dónde: Teatro de la Comedia.

Hasta cuándo: 3 de junio.